La incipiente escena del cómic hecho por mujeres en Costa Rica: La ilustración como acto de resistencia feminista

Texto curatorial para el proyecto editorial Coordenadas Gráficas

El cómic en Costa Rica tiene sus orígenes ligados al periodismo nacional en la década de los 70s. Estos inicios se dieron inspirados y motivados a partir los periódicos nacionales que en esta década comenzaron a incluir tiras cómicas de series famosas estadounidenses y mexicanas. Dibujantes costarricenses, marcados por ello, iniciaron con el género de la caricatura política, el humor gráfico y la sátira humorística, con historietas de corte serio, las cuales tocaban temas sobre el folklore centroamericano y la historia costarricense.

Las primeras historietas se publicaban en secciones especiales de diferentes periódicos. La mayoría de estas ediciones fueron interrumpidas por decisiones directivas de los editores. Posteriormente, por periodos muy cortos, existieron algunas revistas ilustradas exclusivas de historieta en el que se publicaron historietas costarricenses además de extranjeras.

En los 80s, la televisión costarricense se permeó del talento de los historietistas de la época para crear exitosas campañas educativas y comerciales a través de personajes de los cómics populares. En la misma década se conforma La Pluma Sonriente, como la primera y más antigua organización de humor gráfico de Costa Rica y la América Central. Relacionado a esta organización, el Salón Anual del Humor y la historieta La Pluma Sonriente son actividades se han mantenido hasta la fecha, enfatizando la actividad con la historieta en una nueva división de la organización llamada La Pluma Cómic. Asimismo, al igual que en los 70s, surgen y mueren varias revistas de cómic.

Posteriormente, en los 90s, el cómic costarricense se permeó por el manga, pero, aparte de este detalle, el surgimiento de nuevos cómics y revistas de cómic ha sido intermitente por periodos cortos y/o ediciones con pocos números.

En esta historia del cómic costarricense figuran casi únicamente nombres masculinos. Entre los 70s y el segundo decenio de los 2000s son menos del 5% los nombres de mujeres entre la lista de autores historietistas documentados. La primera de ellas fue la escritora costarricense Carmen Lyra, al inspirar con su libro, una edición especial en viñetas que el ilustrador Hugo Díaz Jiménez sacó en los 70s. En 1988, Leda Astorga es la única mujer en el colectivo costarricense de humoristas gráficos, La Zarigüeya, que se conformó junto a 11 varones a partir de varios miembros de La Pluma Sonriente. Al final de los 90s, las humoristas Marcia Saborío y María Torres editaron la historieta “Corazones no sabemos” dirigida por Oscar Sierra, inspirada en los guiones de su exitoso programa humorístico de televisión denominado “Caras vemos”. En el 2007, Vicky Ramos es la única mujer dentro del colectivo costarricense de cómic, junto a 16 hombres. Vicky a su vez, había sido la única mujer historietista documentada publicada en las revistas que surgieron en los 80s. En la década del 2010 se fundó la revista fanzine Zarpe Cómics, con Katherine Lobo como la única mujer en colectivo con 4 hombres. Y posterior a ello, figura Eleana Herrera con la publicación de su cómic “Sheder Adventures, el libro de Malkuth” en el 2014.

En 50 años de historieta costarricense, son 6 los únicos nombres documentados de mujeres, haciendo hincapié en la palabra “documentadas” porque no existe certeza de que hayan sido realmente las únicas relacionadas al cómic y su desarrollo. Como en otros campos artísticos, científicos, industriales, etc., existe una alta probabilidad de que haya habido historietistas sobre las cuales nunca se llegó a escribir. Motivos explícitos sobra mencionarlos: La misma historia no contada de muchas mujeres destacadas.

A raíz de ello, la incorporación de autoras de Costa Rica al proyecto “Diálogos y Pasajes Interoceánicos: Mundos íntimos y experiencias públicas en historietas de autoras” que dio como resultado el libro “Coordenadas gráficas: Cuarenta autoras de historieta de España, Argentina, Chile y Costa Rica” es un hito importante para el cómic costarricense. A diferencia de otras disciplinas artísticas y editoriales en el que ha habido esfuerzos recientes por buscar una equidad de género abriendo espacios exclusivos para artistas mujeres, en el ámbito del cómic esta fue la primera vez. Aunado a esto, no solamente se resalta su significancia dentro de la escena historietista, sino también en el contexto de las luchas feministas.

No en vano, justo en medio de las gestiones, al hacerse pública la lista de artistas seleccionadas desde el Centro Cultural de España, llamó la atención de la Alianza Francesa, institución que venía realizando un concurso centroamericano anual de historieta por 3 años consecutivos. Con ello se dieron colaboraciones para ejecutar actividades de mediación en conjunto con los historietistas seleccionados de su concurso, en el que solamente 1 de los 10 artistas de este año, fue una mujer, resultado muy similar a cada una de las ediciones de los 3 años del concurso.

Al incorporarse las ticas a esta publicación Iberoamericana “Coordenadas gráficas: Cuarenta autoras de historieta de España, Argentina, Chile y Costa Rica”, no solamente se da un acto de vindicación y activismo, sino además un diálogo sobre la perspectiva de la lucha feminista entre las artistas en Costa Rica, con las distintas historias que las artistas Argentinas, Chilenas y Españolas cuentan también. Se abordan temáticas que, si bien están distanciadas geográficamente, están unidas en un contexto de lucha artivista por empezar a ocupar páginas —y no sólo las calles— en la documentación de la historia Iberoamericana.

Así, en la selección costarricense de cómics, se encuentran 10 autoras que fueron seleccionadas a partir de una convocatoria abierta nacional. Entre ellas se encuentran una mayoría de ilustradoras de profesión, un par de artistas visuales multidisciplinarias que se aventuraron en el arte de la historieta con esta convocatoria, y un par más de estudiantes y jóvenes emergentes que exploran en el cómic una de las tantas posibilidades de expresión artística a la cual vincularse.

Esta selección, realizada a través de criterios de manejo de la técnica ilustrada de la historieta y pertinencia del contenido con los temas de del proyecto que buscaban poner en diálogo los contextos sociales, políticos, afectivos, entre otros, de las mujeres creadoras en los 4 países, agrupó mujeres cis, trans y diversas, nacidas entre 1974 y 1996. Las autoras, pese a no dedicarse a la historieta formalmente, presentaron, desde la ilustración y las artes visuales, propuestas de cómic que abordaron narrativamente temáticas centradas en la corporalidad de ser mujer, relatos introspectivos reflexivos, relatos de cotidianidad y exposición de dinámicas sociales normalizadas de prácticas del patriarcado. Cada una de ellas, con estilos de ilustración, narración y relato, muy distintos.

La muestra de pluralidad en esta pequeña selección refleja, para Costa Rica, una alta potencialidad en la incorporación de las mujeres en la creación de cómic. Esto no solamente por el talento explícito que puede notarse en la expresión técnica, sino también por el tratamiento de los temas que abordaron y la forma en que lo hicieron. Lo anterior se destaca aún más al encontrar estos resultados en una convocatoria que no especificaba más requisitos que ser mujer y elaborar una historieta de entre 2 y 8 páginas con un mínimo de 4 viñetas por página. Con ello, la aproximación a temas de corporalidad, denuncia social y promoción del autorreconocimiento de la identidad y el ser, sin estar sujetas a hacerlo, refleja una inherente realidad para las creadoras ticas que las conectan con las creadoras Argentinas, Colombianas, Chilenas y Españolas de este libro, pero además, con las artistas y mujeres en general.

Estas señas, denuncian y visibilizan ciertas cuestiones que, al final de todo, fueron la motivación principal para desarrollar este proyecto. Es, sin titubeo, un gran paso para el cómic, para las artistas y para las futuras historietistas en el país.

 

Selección de Costa Rica:

  1. Amiga de las Flores, por Emma Segura, 1994, artista visual y diseñadora textil.

  2. Clase de natación, por Ariel Bertarioni Barquero, 1998, estudiante de artes visuales.

  3. Conversaciones filosóficas con una gata señora en una caja de cartón: los pelos, por Raquel Mora Vega, 1985, ilustradora.

  4. Domingo, por Chabela Lazo Rosales, 1990, ilustradora.

  5. En lo profundo de mi pecho, por Daniela Acuña Carmona, 1996, ilustradora.

  6. La última vez, por Karen Perez Camacho, 1991, ilustradora.

  7. MICROCÓMIC, por Ruth Angulo Cruz, 1974, ilustradora profesional.

  8. Microrrelatos, por Angélica Solís, 1996, artista visual.

  9. Tiempo de vivir en peceras, por Mónica Morales Argüello, 1993, ilustradora.

  10. Todo por amor, por Man Yu, 1978, artista visual.

Bibliografía:

Neoverso. (4 de Abril de 2018). Historia del Cómic de Costa Rica. Recuperado el 01 de Noviembre de 2020, de Neoverso: Animé y Cómics: https://www.neoverso.com/2015/06/comic-costarica-historia-comic-tico.html

Sánchez, A. (14 de Junio de 2015). Avatares de la historieta en Costa Rica. La Nación. Obtenido de https://www.nacion.com/viva/cultura/avatares-de-la-historieta-en-costa-rica/EOG73XUIHFCNFMLFNB4LI6IU5E/story/

Sánchez, A. (26 de Julio de 2015). Las andanzas del ‘comic’ en Costa Rica. La Nación. Obtenido de https://www.nacion.com/viva/cultura/las-andanzas-del-comic-en-costa-rica/7HQ7DYFBXZEFVICMGVQGCBM6GY/story/

Sierra, Ó. (Abril de 2001). La tardía evolución del arte de la historieta en Costa Rica. Revista Latinoamericana de Estudios Sobre la Historieta, I(1), 31-45.

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